martes, 15 de junio de 2010

TERUEL MODERNISTA




EL MODERNISMO
El modernismo turolense se vincula socialmente a la burguesía, como sucede en el resto de ciudades, la que a través de edificios que promueve para su uso propio, pretende rivalizar con los que anteriormente había levantado la aristocracia como manifestación de poderío. Para ello, encuentra en Monguió el arquitecto capaz de plasmar esos deseos, quien sin duda encuentra a su vez los propietarios que pueden costear sus diseños. Se produce un proceso de autocomplacencia, de aliento de una parte hacia otra para que el fenómeno se produzca.
Puestos de acuerdo el agente social, y el lenguaje arquitectónico, un tercer aspecto interviene en el proceso: la existencia en Teruel de unos artesanos de gran profesionalidad que materializan las obras. La simbiosis final de los tres elementos (propietario-arquitecto-artesano), permite que hoy podamos contemplar la arquitectura modernista turolense como hecho diferenciado y singular en Aragón. 
El impulso definitivo de la arquitectura modernista se debe al arquitecto tarraconense Pablo Monguió, formado en la escuela de Barcelona, que trabaja en Teruel desde 1897 hasta aproximadamente 1923, con una interrupción entre 1902 y 1908. La obra de Monguió adquiere su plenitud en tres edificios tradicionalmente denominados "Casa Ferrán", "La Madrileña" y "El Torico", construidos entre 1910 y 1912. Le son asimismo atribuibles otros edificios anteriores, en los que ya aparecen elementos constructivos y diseños similares; el ejemplo de la casa de Timoteo Bayo, situada en la Plaza Bretón, es buena muestra de esta hipótesis.
Su obra clave, es sin duda, "Casa Ferrán", en la Calle Nueva. Función y expresión formal van a estar perfectamente identificados y relacionados. Los materiales; fundición, piedra, hierro forjado y madera, se convierten en masa obediente para lograr, entre ellos, una sinfonía perfectamente estructurada; Monguió juega con lenguajes del Art Nouveau, la Escuela de Glasgow y la Secesión Vienesa, tamizados por la influencia de la obra de Luis Doménech, como sucede en "El Torico".
Frente a la complejidad morfológica de ese edificio, desarrolla en "La Madrileña" una fachada sutil, donde las líneas en forma de óvalo adquieren una delicadeza y un valor simbólico excepcionales. Los edificios posteriores mantienen lenguajes modernistas, pero distanciándose de las obras que hemos considerado de plenitud.
En la actualidad, gran parte de estas construcciones pueden contemplarse parcialmente restauradas, conservando al menos un aspecto exterior que nos aproxima al que tenían cuando fueron edificadas y que contribuyeron a que Teruel aporte una buena muestra de arquitectura modernista.
En la década posterior se construyen, como elementos de comunicación, dos obras importantes: la Escalinata (1921) con cierta pervivencia del mudéjar, que dará acceso a la Estación de Ferrocarril desde el Paseo del Ovalo; y el Viaducto (1929), con aires Art-Decó, planteado como variante de la carretera y primera piedra del ensanche de Teruel hacia la meseta Pinilla. Otros edificios públicos (Mercado y Matadero) o semipúblicos (Casino Turolense y Círculo Mercantil), utilizan variantes de la arquitectura regionalista y casticista, lenguajes en los que también se expresan algunos edificios de viviendas de esta época.
La terminación del Viaducto marca el inicio de una nueva etapa urbanística y arquitectónica. Se proyecta una ciudad abierta a modo de ciudad-jardín, definiendo áreas para equipamientos y un trazado de manzanas, en el que, junto a la arquitectura regionalista, se incorporan elementos racionalistas. Posteriormente aparecerán ejemplos más puros de esta nueva tendencia, que en otras ciudades ya estaba en pleno auge siendo su mejor exponente la llamada "Casa Barco" (1934).
ITINERARIO 1: LA ARQUITECTURA DEL PRIMER ENSANCHE
Desde la Plaza Carlos Castel y tomando la C/ Ramón y Cajal pasamos junto al antiguo Casino Mercantil, actual Caja de Ahorros, en la Plaza de San Juan, un primer hito a destacar es elCasino Turolense, asentado sobre el antiguo Palacio de los Sánchez Muñoz. Sus marcados rasgos del más puro estilo regionalista, contrastan vivamente con la arquitectura franquista, que preside todo el entorno, y con el nuevo diseño de la Plaza, que rompe con las tradiciones anteriores.
Desde allí, pasando por la Glorieta, accederemos al Viaducto, actualmente peatonal. Esta monumental obra de 1929 marcará la ampliación de Teruel hacia la meseta Pinilla, posibilitando el rápido desarrollo de una armoniosa ciudad-jardín, que se verá truncado por la Guerra Civil.
La variedad de tendencias es el rasgo dominante en la arquitectura del Primer Ensanche, con interesantes muestras prerracionalistas y racionalistas, que aparecen entremezcladas en algunos edificios con rasgos regionalistas, expresionistas e incluso Art-Decó. Tras cruzar el Viaducto llegaremos a laFuente de José Torán y al Edificio de Sanidad, cuyo elemento más destacado lo constituye su torre de ladrillo y piedra, con decoración de azulejos.
Siguiendo por el paseo que bordea la muela pasaremos junto a dos viviendas pareadas, en las que se aprecian influencias prerracionalistas y regionalistas. En ellas podemos observar dos rasgos que se repiten insistentemente en la arquitectura del Primer Ensanche: la presencia de torreones y la alternancia de anchos frisos de ladrillo cara vista (en los que se suelen abrir los vanos) insertos en paramentos enlucidos y pintados en blanco.
Siguiendo por esta ronda y calles perpendiculares, los edificios de interés se suceden, algunos por el diseño de su torre, como la Villa María. O como el edificio colindante, racionalista con algunos rasgos expresionistas. Una de las construcciones más emblemáticas es la conocida, popularmente, como Casa Barco; edificio de hormigón realizado en 1934, se puede considerar como del más académico racionalismo. Desde ese punto podremos admirar una amplia panorámica de la Ciudad de Teruel. También se puede ver, a lo lejos, la Villa Rosa, si bien la vegetación y la distancia no permiten apreciar la magnitud del complejo, que consta de la Casa Grande, la Ermita, la Torre, la Casa de Aperos y una amplia zona ajardinada.
El repertorio de edificios destacados se contempla con otro interesante edificio racionalista en la C/ José Torán, esquina C/ Mártires de Teruel, con las Escuelas del Ensanche y la Plaza de Toros (1934).
ITINERARIO 2: CENTRO DE LA CIUDAD
Aunque hay interesantes ejemplos de la arquitectura modernista dispersos por toda la ciudad, los edificios más emblemáticos se sitúan en el ámbito de la Plaza del Torico (actual Carlos Castel), centro vital y psicológico de Teruel. Todos ellos son obra de Pablo Monguió, construidos entre 1910 y 1912. Dos de los edificios apoyan su fachada principal sobre los sólidos soportales de la plaza: La Madrileña, ejemplo extremo de la adaptación a una estrecha parcela, sin que esto afecte a la elaborada armonía del conjunto, ni a su valor simbólico; y la Casa de Tejidos El Torico, mucho más compleja y con una mayor densidad ornamental, cuyo gracioso torreón rompe la marcada simetría de la fachada.
LCasa Ferrán, con fachada principal a la C/ Nueva, es, en opinión de numerosos estudiosos, el máximo exponente del modernismo turolense. El elevado grado de conjunción entre la función y la expresión formal, entre la asimetría y el equilibrio y el logrado juego de materiales, con la riqueza ornamental de su fundición y forja, corroboran esta afirmación.
Desde este punto, podemos optar entre efectuar uno de los dos largos recorridos que nos conducirán a la Ermita de la Virgen del Carmen o al Primer Ensanche, o proseguir en el itinerario principal por el centro de la Ciudad. En este último caso, ascenderemos por las calles L. García Esteban y C. Fortea, pasando junto a la Oficina de Turismo, hasta llegar a la Plaza Bretón. En ella se encuentra laCasa Bayo o Los Retales, cuyos miradores de forja están decorados con representaciones de flores y animales. Lindando con ésta, en la C/ Valcaliente nº 3, hay un deteriorado edificio con balcones adornados con tracería neogótica. En la vecina C/ San Andrés se encuentra la Imprenta Perruca, en cuya fachada se observan influencias modernistas.
Casi enfrente de la Oficina de Turismo, se abre un estrecho callejón, con una bella vista de la Torre de San Pedro. Antes de llegar al campanario, se encuentra el Mausoleo de los Amantes en el que reposan las momias de Juan (o Diego) Martínez de Marcilla e Isabel de Segura. Su trágica historia inspirará algunas obras del primer tercio de siglo, como el bajorrelieve de la Escalinata.
Fueron varios los edificios religiosos reformados o construidos en esas fechas; en ellos se siguieron corrientes historicistas, prolongación de las existentes durante el siglo XIX, frente a los cánones modernistas que predominarán en las casas de la burguesía mercantil. Este será el caso de la Iglesia de San Pedro, obra mudéjar cuya restauración de principios de siglo (1896-1910) supuso la introducción de elementos neogóticos (fundamentalmente en su claustro). El vecino edificio de la C/ Harzembusch 7 también presenta multitud de rasgos historicistas (predominantemente neogóticos), pudiéndose obtener una buena perspectiva del "torreón" que lo remata y del ábside mudéjar de San Pedro desde la C/ Caracol.
Otra construcción religiosa inmersa en esta corriente es la fachada Sur de la Catedral, a la que accederemos descendiendo a la Plaza de Carlos Castel y tomando la C/ Muñoz Nogués hasta la Plaza de la Catedral. Ésta, proyectada por P. Monguió (1909), marcará el inicio del neomudéjar. En la vecina Plaza del Venerable Francés de Aranda, el Colegio del Corazón de Jesús (1895-1899) ofrece la más genuina muestra del neogótico existente en la ciudad. Otros edificios con influencias historicistas (fundamentalmente neomudéjares) y elementos modernistas situados fuera de los itinerarios son el Colegio de San Nicolás, las Escuelas del Arrabal y el Asilo de Ancianos.
El presente itinerario concluye con la Casa Escriche, en la C/ Temprado. Obra de Monguió, donde se conjugan igualmente elementos modernistas e historicistas.
ITINERARIO 3: ERMITA DE LA VIRGEN DEL CARMEN
Se trata de un largo recorrido (casi 3 km. entre ida y vuelta) jalonado de construcciones de este momento. Pasaremos primero junto a la Casa Torán, de fuerte personalidad arquitectónica. Frente a ella se encuentra la Escalinata(1920-21), cuyo tema central será el desenlace de la historia de los Amantes, utilizando el lenguaje neomudéjar (cuyo máximo exponente son las torretas que flanquean la parte superior) con influencias modernistas (que subyace en toda la obra, siendo especialmente patente en la forja de las farolas).
En la C/ San Francisco pasaremos junto a la Casa Natalio Ferrán, que es otra discreta muestra de modernismo turolense. Más abajo, junto a la gótica Iglesia de los Franciscanos, se encuentra la ampliación del Convento de los Franciscanos, construida bajo cánones neogóticos. Los elementos historicistas son también patentes en la Farmacia, último hito de interés antes de la Ermita del Carmen. El contraste cromático entre la piedra rodeno y la cortina vegetal de la enredadera embellece este edificio, en el que se aprecian influencias francesas.
La pequeña Ermita de la Virgen del Carmen nos ofrece un representativo ejemplo del eclecticismo de la época. Inserta en un lenguaje netamente modernista, se aprecian multitud de elementos historicistas, fundamentalmente neomudéjares y neogóticos.
En Villaspesa, a poca distancia de Teruel, la Iglesia del Salvador muestra también influencias historicistas, aglutinadas bajo un hilo conductor modernista. Este interesante edificio es obra de Monguió (1911-12).